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Diane F. Halpern, sicóloga: "Trabajo y Familia No son Dos Mundos en Competencia"

Pronto se estrenará en EE.UU. el último libro de la experta en conciliacion: una investigación sobre cómo mujeres exitosas combinaron sus responsabilidades profesionales y familiares.

Por Daniela Mohor, revista Ya.

En el mundo de hoy existen varias imágenes de la vida activa que circulan en el inconsciente colectivo: la de adultos modernos y apurados, que corren del trabajo a la casa de traje y con notebooks y maletines colgando de sus hombros para llegar a enfrentar, ya agotados, sus responsabilidades parentales. Otra es la de un verdadero malabarista, con una guagua, un computador, una pareja, un cliente y otras "pelotas" familiares o profesionales en el aire que corren permanentemente el riesgo de caer si se preocupa de uno de esos elementos durante demasiado rato.

Esas imágenes, o metáforas, como las llama la doctora Diane Halpern, son las que la sociedad tiene que empeñarse en borrar. "La metáfora del equilibrio familia–trabajo tiene que cambiar y ser reemplazada por la metáfora de la integración. Eso porque lo que dice la primera metáfora es que si alguien se dedica mucho a la crianza, no va a rendir en su trabajo. Y que si trabaja mucho, no será una buena madre. Y la verdad es que las mujeres que he entrevistado muestran que eso no es cierto y que encontraron maneras de integrar las dos cosas", explica esta experta desde Los Ángeles a pocos días de estrenar su último libro, "Women at the Top: Powerful Leaders Tell Us How to Combine Work and Family" (Mujeres en la cima: Poderosas líderes nos cuentan cómo combinan trabajo y familia).

Diane F. Halpern es sicóloga de formación, fue directora de la Asociación Americana de Sicología y actualmente es profesora de sicología y directora del Instituto Berger para el Trabajo, la Familia y los Niños del Claremont McKenna College en California. Premiada en varias oportunidades por su trabajo de investigación y de docencia, empezó su carrera centrándose principalmente en temas relativos a las diferencias de género en los procesos cognitivos, pero progresivamente eso la llevó a interesarse en los desafíos que representa para los trabajadores el conciliar familia y trabajo, y en 2001 creó el Berger Institute, un centro de investigación que se aboca a ese tema.

Para escribir "Women at the Top...", su segundo libro sobre este asunto, ella y la coautora Fanny M. Cheung revisaron estudios realizados a nivel internacional y entrevistaron a 62 mujeres que llegaron al tope de su profesión, preguntándoles cómo habían logrado llegar tan lejos. Casi todas tenían hijos y las que no eran madres estaban a cargo de algún pariente enfermo. Las entrevistas incluyeron mujeres de distintas culturas, entre los 40 y 80 años de edad, y fueron hechas en Estados Unidos, Hong Kong y China. "Lo que encontramos es que incluso en mujeres culturalmente distintas, había muchas similitudes: todas ellas trabajan mucho, por cierto, pero también encontraron maneras de hacer su rol de madre compatible con el rol de ser muy exitosas en el trabajo. En vez de verlos como dos mundos en competencia que peleaban por tener su tiempo, los veían como completamente compatibles", explica Diane Halpern.

Estrategias para el éxito

La sicóloga cuenta que el rango de mujeres que incluyó en su investigación era muy diverso. Entre ellas había presidentas ejecutivas de corporaciones multimillonarias, presidentas de universidades, la presidenta de una de las firmas financieras internacionales más grandes, la primera ministra de Canadá, y una jefa de policía, para citar sólo algunas. Aunque hoy estén en el mejor momento de su carrera, cuando empezaron, sus empresas generalmente no disponían de políticas de conciliación familia y trabajo, y ellas tuvieron que desarrollar estrategias propias para lograr integrar los dos ámbitos de su vida. "Estas mujeres son muy dedicadas con sus hijos y todas tienen la idea de que ser una buena madre implica estar muy involucrada con ellos, pero eso no significa estar disponibles las 24 horas del día, sino que creen que otras personas pueden perfectamente hacerse cargo de gran parte del cuidado de sus niños. Se dan tiempo para ellos, pero también son capaces de delegar sin culpa muchas de las responsabilidades de la crianza. Establecen reglas para ellas mismas, de manera que su profesión y su maternidad sean compatibles", explica Diane Halpern.

–¿Concretamente cuáles son esas reglas?

–Muchas de estas mujeres nos dijeron que siempre llegaban a comer a sus casas aunque fuera a las 19:30 (lo que es considerado tarde en Estados Unidos), o siempre llevaban a sus hijos con ellas si les tocaba un viaje de negocio que durara más de dos días. Reservaban algunos días para la familia. También, después de comer en la noche, acostaban a sus hijos y luego trabajaban otro rato. Todas tenemos la misma cantidad de horas en un día, entonces lo que ellas hicieron es aprender a combinar cosas. Una mujer, por ejemplo, invitaba a sus colegas algunos sábados a tomar té, como parte de una actividad de trabajo, con sus hijos ahí. Otras organizaban picnic de trabajo en familia. Si tenían muchas comidas con clientes en la noche, elegían restaurantes que quedaran cerca de su casa. Estas mujeres tuvieron que hacer ajustes en su vida para excluir todo lo que no contribuye directamente a sus hijos o su trabajo. Esas cosas se las delegan a terceros. Esas son las mujeres que llegan al éxito.

Diane Halpern dice, además, que para lograr una carrera ascendente, ellas aprendieron a saber cuándo necesitaban tomarse tiempo para ellas mismas y dedicarles un día a actividades individuales y no a su trabajo o familia. Recalca que, para todas ellas, el organizar detalladamente su vida familiar y laboral era imprescindible y que desarrollaron un estilo de liderazgo propio que les permitió hacerlo. "Aman su trabajo y su familia, y eso les facilita el hacer las dos cosas bien. Éstas no son mujeres que habrían sido felices quedándose en la casa con sus hijos, eso no era realmente una opción para ellas", concluye la sicóloga.

La necesidad de apoyo

Otro elemento fundamental a la hora de revisar las claves del éxito de estas líderes tiene que ver con su capacidad de armar redes de apoyo. "Es un tipo de vida que implica que uno haga ciertas opciones y que se enfrente a dificultades, pero hay cosas que uno puede hacer para que funcione. En ese sentido, las redes sociales son muy importantes, porque no sirve estar rodeada de gente que dice si trabajas eres una mala madre. En cambio sí ayuda mucho tener gente que dice cómo podemos hacer que esto resulte, cómo podemos lograrlo juntos", explica Diane Halpern.

Una de las principales fuentes de apoyo es, sin duda, la empresa: "En general, las mujeres exitosas cuentan que la compañía para la cual trabajaban entendió que eran valiosas y que valía la pena retenerlas, entonces confiaron en que podían cumplir con su trabajo y ser muy exitosas aunque de repente tuvieran que salir en la mitad de la tarde para ver la presentación de un hijo en el colegio y seguir trabajando en la noche", dice Halpern.

Igualmente crucial para ellas fue la ayuda de su marido. "Era muy importante para ellas que sus maridos apoyaran su estilo de vida y no estuvieran celosos de su éxito. Hablaban con ellos de cómo organizarse. Ambos tenían que sentarse y hacer un calendario de sus actividades, ver cuándo podían reservar tiempo para ellos como pareja y tiempo para la familia. También tenían que tener en cuenta quién viajaba cuándo. Algunas mujeres no quieren casarse ni tener hijos, pero para las que sí lo desean, creo que el mensaje está claro: se puede hacer. La situación es mucho más difícil para las mujeres que tienen trabajos de bajo ingreso e hijos. Para ellas, el preguntarse cómo combinar familia y trabajo no tiene sentido, porque si no trabajan no comen. Tienen menos alternativas y menos apoyo. Además, hay que recordar que las mujeres siempre han trabajado", dice Diane Halpern.

La autora del libro nota la aparición de ciertos cambios culturales. Más allá de la implementación de políticas de flexibilidad por las empresas, destaca el hecho de que los hombres participen más de la crianza. "Existen investigaciones que demuestran que hoy los hombres pasan más tiempo con sus hijos de lo que lo hacían hace una generación. Todavía no pasan tanto tiempo con ellos como las mujeres, pero sí se estima que en promedio los ven dos veces más de lo que lo hacían sus propios padres. Además, están reconociendo los beneficios de desarrollar esas relaciones afectivas y lo importante que son para la salud mental y física. Es parte de tener una vida integral y los hombres que se dedican exclusivamente a trabajar saben que se están perdiendo algo".

La tarea pendiente

Pese a estos avances, Diane Halpern piensa que aún quedan cambios por conseguir. La investigadora cuenta que muchas de las mujeres que entrevistó se sintieron en algún momento estigmatizadas por organizar su vida de manera flexible, y que tuvieron que trabajar duro para demostrar que eran competentes. Por eso, una de las tareas pendientes de las empresas y de la sociedad es eliminar ese estigma que afecta a quienes usan las políticas de flexibilidad y son percibidos erróneamente como personas menos comprometidas con su trabajo. "Es una obligación para las compañías asegurarse de que la gente que está en el alto mando y desarrolla éstas políticas se preocupe de que todos estén en sintonía con ellas. Con las mujeres representando –al menos en Estados Unidos– el 50% de los graduados de las escuelas de leyes y de medicina, las empresas no pueden permitirse desperdiciar ese talento, entonces tienen que facilitar que la gente tenga múltiples roles", dice Diane Halpern.

Insiste además en la necesidad de que esas políticas no estén disponibles sólo para las mujeres. "Todos tenemos responsabilidades como cuidadores en la sociedad. Puede que tengamos algún pariente de edad que se está muriendo, algún hermano que es inválido o que nuestra pareja se enferme. Esas son responsabilidades mayores y tenemos, como sociedad, que generar el apoyo necesario para poder cumplir con ellas. Es en parte algo individual, en parte algo que depende de los empleadores y sin duda algo que se tiene que dar a nivel de las políticas sociales. Este sistema tiene que estar disponible de manera más amplia y eso ayudará a que todos vean lo justas que son estas políticas", dice.

Además, agrega la experta, eso contribuirá considerablemente en mejorar la calidad de vida de las personas en general. "Si uno mira la literatura de la felicidad en sicología, sabemos que los dos factores más importantes que tenemos en la vida son la relación que desarrollamos con nuestra familia, nuestros hijos, nuestros amigos y también el tener un trabajo significativo. No hay ningún motivo por el cual las mujeres tendrían que elegir a uno y no tener al otro", concluye.

Recomendaciones para el éxito

APROVECHAR al máximo las políticas de flexibilidad horaria disponibles en las empresas.

DELEGAR o eliminar todas las obligaciones que no sean un aporte para la familia o el trabajo.

PLANEAR en detalle la organización de su día tanto en lo laboral como en lo familiar.

DESARROLLAR un estilo de liderazgo que no requiera que esté siempre presente en la oficina.

INTEGRAR LOS TIEMPOS: por ejemplo, terminar de leer documentos mientras espera a un hijo en el dentista o en una de sus actividades extracurriculares.

ESTABLECER REDES DE APOYO: Cultivar relaciones con la familia extensa para crear mayor cercanía y poder disponer de su ayuda.