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Nuevo Edificio: Asociación Recorre las Obras Gruesas en Celebración de Tijerales

Por César Antonio Campos, periodista Asociación de Padres.

Tal y como dicta la costumbre nacional, esta tarde se efectuó la tradicional celebración de los Tijerales, del edificio que se está construyendo en el patio posterior del salón Eduardo Frei Montalva.

Capataces, ingenieros calculistas, arquitectos, una veintena de trabajadores, la dirección del colegio y como invitados el directorio de la Asociación de Padres y la directiva del Centro de Alumnos compartieron de un apetitoso almuerzo.

También, fue la oportunidad para que los representantes de las familias institutanas recorrieran los avances de la obra de tres pisos, unos mil metros cuadrados y que comenzó el 15 de enero pasado.



El padre rector José Agustín Tapia explicó que el nuevo edificio albergará 5 salas de clases, un auditorio para 130 personas y un laboratorio. Asimismo, dijo que habrá un pasillo que conectará con el edificio antiguo.



La presidenta de la Asociación de Padres, Pilar Mendoza, destacó el rápido avance de las obras, que están siendo desarrolladas por la empresa constructora Mines Limitada.



Una misma opinión tuvo la directora Tesorera, María de los Ángeles Urzúa, quien subrayó la buena calidad de la construcción que, al igual que el colegio, soportó de buena forma el terremoto del pasado 27 de febrero.



Para el 30 de enero próximo, se espera que se inaugure oficialmente el nuevo edificio.

FOTOGRAFÍAS

Tradición de los Tijerales

Se llama Tijerales a la costumbre chilena de realizar un festejo, generalmente en la forma de asados, cada vez que en una construcción se han instalado los tijerales o cerchas.

En edificaciones de hormigón se realiza cuando se ha terminado la obra gruesa, ya que se considera que la obra está prácticamente terminada.

La importancia es que toda construcción que llega a este punto (postura de techo o cubierta) ya se puede auto sustentar y conservar en el tiempo, aunque deba ser detenida la construcción.

De no alcanzarse este punto y se debe parar la construcción, las fuerzas de la naturaleza destruirán los avances.

En dicha celebración se coloca, de modo espontáneo la bandera nacional, en la quilla o parte más alta de los tijerales.

Este festejo tiene un carácter casi ceremonial en el ambiente de la construcción, de modo que se cree que el no realizarlo traerá mala suerte tanto a la construcción como al propietario o mandante.

Por esta razón participan todos los obreros involucrados directamente en la construcción, así como sus superiores más directos -capataces, jefes de obra, proyectistas, etcétera-. En ocasiones, y dependiendo de la importancia de la obra, miembros ejecutivos de la o las empresas relacionadas con la construcción pueden hacerse presentes, incluso el propietario del inmueble, quien debe financiar todo el festejo.